Un símbolo de amor. Un diseño duradero.
La superlativa belleza de los anillos de compromiso de Tiffany es el resultado de unos estrictos estándares de calidad y nuestra obsesión por crear, en cada paso, los diamantes más hermosos.
Los artesanos de Tiffany buscan la perfección con una implacable dedicación a su labor, maximizando la belleza de cada diamante a través de su talla. Nuestros artesanos trabajan con pasión y precisión con el fin de sacar a la luz un brillo y una luminosidad intensos. Se analizan obsesivamente los ángulos, las proporciones y la simetría, de manera que el brillo de la piedra cambie la mismísima energía de la habitación.
Cada anillo se realiza a mano artesanalmente, tal y como llevamos haciendo durante más de 130 años. Crear un anillo de compromiso que merezca llevar el nombre de Tiffany conlleva casi un año, desde el momento en que se extrae el diamante hasta que el diseño está terminado. Como cada diamante de Tiffany es único, cada engarce debe elaborarse de una forma única, para que el diseño final esté a la altura de ese diamante.
Más allá de las 4 cualidades (talla, claridad, color y peso en quilates), nuestros maestros artesanos hacen que cada diamante cobre vida gracias a su destreza. Tallamos a mano nuestros propios diamantes para garantizar que las proporciones sean lo más exactas posible.
Con el fin de cumplir con nuestro compromiso de obtención responsable, desde ahora informamos sobre la procedencia de todos y cada uno de los diamantes que obtenemos, registramos y engarzamos. Un importante paso para alcanzar la transparencia en materia de diamantes. Todos los diamantes de Tiffany se tallan y pulen meticulosamente, sin importar lo grandes o pequeños que sean. En Tiffany estamos orgullosos de nuestros 1.500 expertos talladores y pulidores. Su pasión por su trabajo desata una belleza intensa en cada piedra que tocan.
