Un legado de descubrimiento

Antes de mediados del siglo XIX, las gemas de color apenas se utilizaban en las joyas estadounidenses. Todo esto cambió en 1876, cuando George Frederick Kunz, doctor en gemología, se unió a Tiffany y se embarcó en una misión de por vida para hallar las gemas más extraordinarias del mundo. De hecho, Kunz desempeñó un papel crucial en el descubrimiento de nuevos especímenes, incluida la piedra bautizada en su honor, la kunzita, en 1902, así como la morganita en 1910.

El legado de gemas de Tiffany & Co. sigue estando tan vivo en la actualidad como lo estaba entonces, con el descubrimiento de la tanzanita y la tsavorita. Presentada por Tiffany en 1968, la tanzanita es famosa por su rica tonalidad azul y está bautizada en honor a su lugar de origen: Tanzania, cerca del monte Kilimanjaro. La tsavorita también fue bautizada en honor al lugar donde fue descubierta, en la frontera entre Kenia y Tanzania, cerca del Parque Nacional de Tsavo. La descubrió en 1974 Henry B. Platt, el presidente de Tiffany por aquel entonces.  

Durante siglos, los rubíes, las esmeraldas y los zafiros han sido considerados las gemas más extraordinarias, y Tiffany es famosa por su colección de estas piedras. Entre estas gemas extremadamente escasas y tremendamente deseadas, es difícil encontrar una sola piedra que cumpla los estándares de Tiffany, y mucho menos un conjunto. Nuestros maestros joyeros hacen que estas piedras cobren vida usando técnicas ancestrales y diseños innovadores.